martes, 6 de diciembre de 2011

N° VIII (micro-relato)

La psicóloga sapiente de ojos almendrados, cabello color miel y piel tostada no pudo contener la situación, se quebró, volvió cruzar la línea y mató, con palabras,  a su paciente por no haberle dado la razón;  y éste yacía, por la vida, decapitado y sin corazón…

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